Los Smart Contracts son contratos escritos en código de software conectado a una computadora que ejecuta el contrato en forma automática o autónoma. Los Contratos Tradicionales se realizan por escrito y se deben de formalizar con un notario o juez (dependiendo de la legislación). Actualmente, el Servicio de Impuestos Internos (SII) indica que las criptomonedas no se pueden considerar una moneda, de acuerdo con la legislación chilena. Esto garantizaría que lo votado se ejecutará, teniendo una transparencia total y seguimiento de los gastos. En esto y mucho más se traducen los smart contracts, ahora solo falta crear interfaces sencillas que hagan uso de este potencial en casos concretos. La figura 1 muestra un diagrama que ilustra este comportamiento. Figura 1. Diagrama de una máquina expendedora. Si la máquina expendedora está funcionando correctamente y el dinero se inserta en la máquina, entonces un contrato de compraventa se ejecutará automáticamente y el producto será puesto a disposición del comprador en la rendija respectiva. Desde un sentido técnico, si nada impide que la máquina trabaje correctamente, entonces, por definición, la ejecución del contrato está garantizada. No se puede falsificar nada de lo que hay en ‘blockchain‘, lo que hace que estas plataformas se hayan posicionado como las ideales para smart contracts.

Un mundo global con servicios globales, donde los smart contracts tienen todas las papeletas de ser la semilla de un cambio sin precedentes: se calculan más de 25 billones de dispositivos conectados a Internet en 2017, todos ellos susceptibles de ejecutar smart contracts entre ellos a diario. La voluntad de los contratantes es el principio de causa por virtud del cual los Smart Contracts podrán generar consecuencias de derecho, pero dichas consecuencias se darán por la acción automatizada de la red de computadoras en la cual operan los mismos. El principio de neutralidad tecnológica, consagrado en la ley 1341 de 2009 estipula que se puede usar cualquier tipo de tecnología, para cualquier fin legítimo que tenga, siempre y cuando no haya una norma que regule el uso de esa tecnología. El equipo de Linda tiene una guía para el staking que puede ayudarte a comenzar. Ahora, supongamos que emito nueve millones de monedas adicionales. Mónaco realizó una Oferta Inicial de Moneda (ICO) en 2017 donde recaudó más de USD 25 millones.

Estos instrumentos jurídico-tecnológicos habilitarán a una sociedad que operará más eficazmente sus negocios como pueden ser: las transacciones financieras, el gobierno corporativo, los productos financieros, la propiedad inmobiliaria, la propiedad intelectual y tantas actividades comerciales como podamos imaginar los seres humanos. De esa forma, la sociedad solo debería votar (mediante la tecnología blockchain también, claro) el smart contract que quiere usar durante ese nuevo periodo. Lo que permite hacer blockchain es aprovechar internet y el almacenamiento en la nube para lograr los mismos resultados a un costo menor. Umaña resalta que no se necesita esperar una regulación para usarla y habrá que someterse a una norma o uso solo en caso de que llegue a existir, pero precisa que se refiere particularmente al uso del blockchain para desarrollar contratos inteligentes. Ahora, respecto a los elementos que acabamos de ver, ciertamente, los Contratos Inteligentes también los poseen, pero con ciertas diferencias que debemos destacar. Tras leer este libro, pensarás diferente con respecto al "origen" del dinero y de la abundancia; además de tener un buen puñado de herramientas para poner en práctica desde "ya". Este dispositivo añade información física con alguna parte virtual, haciendo que los elementos físicos se lleguen a mezclar con los elementos virtuales creando la realidad aumentada.

Por ejemplo, una empresa puede administrar su cadena de proveedores de una manera más eficiente, más económica, que con un sistema tradicional de información donde ellos tienen que hacer unas inversiones muy altas en temas de infraestructura como servidores y otros proveedores. Hay toda una red de ordenadores interconectados a lo largo del mundo que valida y almacena la información de esta red. Son muchos los retos que aún se deben superar pero los ‘smart contacts‘ son una de las aplicaciones de negocios con mayor potencial para las tecnologías DLT. Cuanto mayor sea su potencia, más suposiciones será capaz de hacer en un segundo y mayor será nuestra probabilidad de ganar la disputa en cada nuevo bloque. En este sentido, sostiene que esto supone un reto para los abogados porque van a tener que trabajar multidisciplinariamente, debido a que el contrato inteligente se incorpora a un código y a una programación en algoritmos matemáticos. El listado 1 contiene código en Solidity -un lenguaje de programación frecuentemente usado para definir smart contracts- que muestra cómo se podría implementar un contrato de este tipo. Pongo ese ejemplo, porque ahí es donde se generan las dudas sobre este tipo de tecnologías. Si ellos se interesan, tú también deberías aprender sobre criptomonedas.

Además de lo anterior, las personas de éxito conocen las leyes del éxito: tu relación con el dinero, tus pensamientos sobre todo lo que haces, tus acciones (y desde dónde haces tus acciones) y tu filosofía de vida (a corto o largo plazo). Una de las quejas más comunes es que se necesita dinero para hacer dinero, es decir para invertir. Las ICOs son mecanismos financieros a través de los cuales las empresas obtienen financiación poniendo una criptomoneda en circulación. Es la combinación de contractware y blockchains la que ha permitido que los "Smart Contracts" funcionen en forma masiva a través de una red descentralizada operada por terceros en forma automatizada. Él acuño el término "Smart Contracts" cuyo estudio publicó en 1997 bajo el título "Formalizando y Asegurando Relaciones en Redes Públicas". La automatización del cumplimiento en los "Smart Contracts" asegura su eficacia y eficiencia de su funcionamiento suprimiendo el criterio humano en su cumplimiento. En el 2015 forma parte del grupo A-Force por G. Willow Wilson, Marguerite Bennett y Jorge Molina.